Por Pilar Barzola (*)

Pilar

 Pilar y parte de su equipo colaborando en el primer objetivo del viaje de misión

 

(...) fue una gran misión, pero aún hay mucho que hacer en el Perú y  podemos comenzar en nuestras comunidades, nosotros lo podemos hacer, organizándonos y ejerciendo liderazgo"

Aproximadamente al mediodía llegamos a la casa de campo Villa Fátima donde realizamos algunas dinámicas previas a nuestra misión. Más tarde visitamos la escuela de Paullo donde recibimos una breve bienvenida por parte de la actual directora del centro educativo, donde también nos informó que solo había catorce alumnos en total y tres profesores que cubrían todos los grados. Ahí tuvimos nuestra primera misión que fue arreglar algunos salones de la escuela y manos a la obra.

Tuve la libertad de decidir en qué ocuparme y elegí limpiar, ordenar, trasladar y acomodar los libros; participe en las decisiones junto a mis amigos, esto para contribuir a la mejora del salón de dirección y computación, también observé como cada uno de nosotros nos hacíamos responsables de algunas actividades para lograr nuestro objetivos. Me sentí muy feliz de ser partícipe de esta primera misión y de poder elegir, decidir e influir para la realización de nuestro objetivo.

Al día siguiente salimos temprano con dirección al anexo de Catapalla donde visitamos la casa de una señora que vive en condiciones precarias. Sinceramente no sabía por dónde comenzar y en la expresiones de mis compañeros de misión puede observar lo mismo, pero poco a poco fuimos decidiendo qué actividades tomar, vi a algunos recoger la basura y a otros hablar con los niños, uno de ellos es Gonzalo de 9 años, quien me llevó a conocer el lugar donde dormían y esta se encontraba en condiciones muy precarias, es ahí donde tuve una de la experiencias más significativas de mi vida, la señora nos comentó que podíamos lavar las frazadas en el río, esto despertó mi entusiasmo aún más y junto a un grupo de amigos y Gonzalo fuimos al río a lavarlas, aprendí mucho con esta actividad.

Para mí, fue muy interesante vivir esta experiencia que fue inolvidable y estuvo llena de aprendizajes, entusiasmo y felicidad donde comprendí que el hecho de que sea un lugar turístico y de paisajes extraordinarios no resta importancia a su problemática social, fue una gran misión, pero aún hay mucho que hacer en el Perú y  podemos comenzar en nuestras comunidades, nosotros lo podemos hacer, organizándonos y ejerciendo liderazgo.

Manos a la obra…

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* Pilar, vive en Carabayllo, estudia en la Universidad Nacional Federico Villarreal, forma parte del grupo DUNEA de la Parroquia Cristo Luz del Mundo (Carabayllo) y actualmente participa en la Escuela de Liderazgo Juvenil de Adep en el programa formativo Ciudadanía y Democracia 2015.

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